
SANTO DOMINGO – La justicia dominicana lanzó un fuerte mensaje contra el narcotráfico al condenar a 20 años de prisión y a pagar una multa de un millón de pesos a Arismendys Emeterio Domínguez, responsable del envío de más de 300 kilogramos de cocaína hacia Róterdam, Holanda, en un alijo que cruzó el Atlántico oculto en una carga de piñas.
El Cuarto Tribunal Colegiado de Santo Domingo Oeste no dudó en acoger la contundente acusación del Ministerio Público, que con pruebas sólidas logró demostrar la participación de Domínguez en una red criminal dedicada al tráfico internacional de drogas. La droga fue decomisada en 2021 en el Puerto Multimodal Caucedo, desde donde salieron 272 paquetes de cocaína, equivalentes a 309.54 kilogramos, con destino a Europa.
Detrás del cargamento se encontraba la empresa exportadora Ram Caribbean SRL, con sede en Manoguayabo. El expediente reveló que la fachada de exportación de frutas servía como camuflaje perfecto para el millonario negocio de cocaína. Domínguez fue arrestado mediante una operación coordinada entre la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) y fiscales especializados, que también intervinieron otras propiedades vinculadas al caso.
Durante los allanamientos realizados en San Cristóbal, el Distrito Nacional y Santo Domingo Este y Oeste, se incautaron vehículos de alta gama, armas de fuego, dispositivos electrónicos, dinero en efectivo y documentos que evidencian el poder logístico y financiero de la organización. La investigación fue liderada por el fiscal Ramón de la Rosa, y la contundente litigación estuvo a cargo de los fiscales Yudelka Acosta y Franchesca Alcántara.
El caso destapó una estructura criminal que operaba desde los puertos dominicanos hacia el corazón de Europa. Y aunque Domínguez ya enfrenta una larga condena, el proceso continúa para otros implicados. Uno de ellos, Rafael Antonio Mattos Bodden, recibió previamente una sentencia de cinco años, pero tras una apelación se ordenó un nuevo juicio, cuya fecha está aún por definirse.
Con esta decisión, las autoridades dominicanas refuerzan su postura firme contra el narcotráfico, mostrando que el largo brazo de la ley puede alcanzar incluso a quienes intentan esconder toneladas de droga entre frutas tropicales. El mensaje es claro: quien usa a República Dominicana como puente para el crimen, pagará el precio.