En un operativo que ha llamado la atención por sus detalles reveladores, autoridades colombianas lograron interceptar una lancha rápida Go-Fast en altamar, a 35 millas náuticas de Uribia, La Guajira. Durante la persecución, los ocupantes intentaron deshacerse de su carga arrojando varios bultos al mar, pero la embarcación fue finalmente detenida y en su interior se encontraron 22 pacas con 735 paquetes, para un total de 800 kilogramos de cocaína.
Los ocupantes de la lancha, dos hombres de nacionalidad dominicana, fueron capturados y están ahora bajo custodia mientras avanzan las investigaciones.
Lo que ha generado más interés es que esta operación fue posible gracias a la información proporcionada por otros narcotraficantes capturados, quienes decidieron colaborar con las autoridades a cambio de su libertad. Según fuentes cercanas al caso, esta cooperación se ha convertido en una herramienta clave para desarticular las redes de tráfico en la región.
El Caribe colombiano sigue siendo un punto neurálgico para el narcotráfico, y esta operación refleja tanto los desafíos como los avances en el combate a este flagelo. Sin embargo, más allá de la incautación y los arrestos, persiste la inquietud sobre el comportamiento del fenómeno del narcotráfico que permiten que toneladas de droga sigan utilizando estas rutas hacia los mercados internacionales.