
El narcotráfico recibió un golpe certero en lo que va del año. El Servicio Nacional Aeronaval (Senan) ha decomisado más de nueve toneladas de droga en los primeros dos meses del 2025, una cifra que no solo alerta sobre la magnitud del tráfico ilícito que atraviesa Panamá, sino que también confirma que el país sigue siendo una ruta clave del crimen organizado internacional.
El comandante Luis De Gracia reveló que el total de paquetes incautados durante el 2024 alcanzó los 78 mil bultos con sustancias ilícitas, y que en el periodo comprendido entre julio de 2024 y principios del 2025, se han capturado a 188 personas por delitos relacionados con el narcotráfico, microtráfico y actividades conexas.
Del total de aprehendidos por narcotráfico, el Senan reporta 100 capturas, entre ellos 55 panameños, 44 colombianos, cinco nicaragüenses, dos ecuatorianos y dos estadounidenses. Las cifras muestran un flujo constante y transnacional de personas vinculadas a redes delictivas que operan desde Sudamérica y buscan posicionar su producto en los lucrativos mercados del norte.
En paralelo, 53 personas fueron detenidas por microtráfico, destacando que la mayoría (46) son panameños, lo que refleja la internalización del consumo y la venta a pequeña escala. Otros capturados por delitos conexos incluyen dos estadounidenses, un colombiano y un belga, confirmando que el negocio del narcotráfico no distingue pasaportes ni fronteras.
El Senan, con su estructura especializada, continúa consolidándose como la primera línea de defensa de Panamá contra el narco, desplegando operaciones marítimas, aéreas y terrestres que buscan frenar el avance de las estructuras criminales. Con una fuerza pública de más de 35 mil unidades, el país apuesta por un cerco cada vez más cerrado para combatir una amenaza que sigue evolucionando.
Las cifras no mienten: más de nueve toneladas de droga en solo dos meses revelan que el 2025 será un año de confrontación directa con el crimen organizado. La pregunta es si estos esfuerzos bastarán para desarticular las redes que desde las costas hasta los barrios urbanos, alimentan un mercado ilegal que solo crece. Por ahora, el mensaje es claro: en Panamá, el narco no tiene tregua.