
Ambos fueron capturados al aterrizar en el país tico y ya están en manos de la justicia estadounidense. Uno movía criptomonedas, la otra era parte de una red de lavado.
SAN JOSÉ, 9 de abril de 2025 — En una operación coordinada entre la Interpol, el Organismo de Investigación Judicial de Costa Rica (OIJ) y la DEA, las autoridades costarricenses extraditaron este miércoles a dos ciudadanos mexicanos solicitados por Estados Unidos por delitos de lavado de dinero y narcotráfico internacional.
Se trata de un hombre de 39 años, identificado por el apellido Michel, y una mujer de 52, apellidada Landeros, quienes fueron detenidos por separado en 2024 al ingresar al país a través del Aeropuerto Internacional Juan Santamaría, principal terminal aérea de Costa Rica.
De acuerdo con la información de la DEA, Landeros estaría vinculada a una organización dedicada al tráfico de drogas y lavado de dinero, operativa entre 2021 y 2024 en territorio estadounidense. Según los reportes, la mujer habría movilizado grandes sumas de dinero, presuntamente producto del narcotráfico.
Por su parte, Michel enfrenta acusaciones más tecnológicas: es sospechoso de realizar múltiples transferencias millonarias en criptomonedas, provenientes de la venta de drogas en EE.UU. y dirigidas a organizaciones criminales asentadas en México. Este tipo de delitos refleja el nuevo rostro del narcotráfico, en el que el dinero se lava a través de plataformas virtuales para evitar ser rastreado por las autoridades.
Ambos detenidos fueron entregados a agentes estadounidenses bajo estrictas medidas de seguridad, en una muestra más del compromiso de Costa Rica con la cooperación internacional en la lucha contra el crimen organizado.
La extradición de estos dos individuos forma parte de una estrategia más amplia por parte de Estados Unidos para desarticular redes transnacionales de narcotráfico y lavado, que cada vez recurren más a mecanismos digitales para mover dinero sin dejar huella. El caso también confirma el papel de Costa Rica como punto clave de tránsito y captura de criminales internacionales.
Ahora, será la justicia estadounidense quien determine el futuro legal de Michel y Landeros, mientras ambos enfrentan un sistema judicial mucho menos indulgente. Su captura y extradición envían un claro mensaje: ni el aire ni las criptos pueden proteger a los operadores del narco.