
La calma aparente del Aeropuerto Internacional Juan Santamaría se rompió dos veces en 2024, cuando llegaron por separado dos ciudadanos mexicanos, sin saber que serían capturados por delitos que estremecen al continente. Hoy, ambos han sido entregados a la justicia de Estados Unidos, en una operación coordinada entre el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) de Costa Rica, Interpol y la temida DEA.
Se trata de Michel, un hombre de 39 años, y Landeros, una mujer de 52. Ambos fueron arrestados al ingresar al país centroamericano —él en junio, ella en julio—, bajo órdenes de captura internacional. Los dos están acusados de formar parte de una maquinaria criminal transnacional que ha inundado de droga y dinero sucio el hemisferio norte.
Una dama del narco y un mago de las criptos
Según informes oficiales, Landeros no era una pieza menor: habría sido parte de una red de narcotráfico y lavado que operó en suelo estadounidense entre 2021 y 2024. Las autoridades la acusan de movilizar fuertes sumas de dinero, aparentemente fruto de la venta de drogas. Una mujer invisible para el radar de la ley durante años, hasta que su llegada a Costa Rica encendió todas las alertas.
Por su parte, Michel está vinculado con delitos aún más sofisticados. No traficaba con mochilas ni maletas, sino con millones de dólares en criptomonedas. Las autoridades estadounidenses lo señalan como el responsable de transferencias electrónicas hacia cárteles mexicanos, usando métodos que dificultaban el rastreo y blindaban los capitales provenientes de la venta de narcóticos.
Costa Rica: punto clave en la ruta del crimen
La extradición no solo demuestra el alcance internacional de estas redes delictivas, sino también cómo Costa Rica ha sido utilizada como escala por criminales de alto perfil. Lejos de ser un simple destino turístico, el país se ha vuelto terreno estratégico para quienes desean evadir a la justicia… al menos por un tiempo.
La captura y entrega de estos dos personajes no solo representa un golpe judicial, sino también un mensaje: los tentáculos del crimen organizado no conocen fronteras, pero la cooperación internacional tampoco.
La DEA y la justicia tras la pista
Este operativo representa un triunfo para la DEA, que mantiene la mira sobre los flujos ilícitos de dinero y droga entre México y EE.UU. La extradición de Michel y Landeros podría abrir nuevas líneas de investigación sobre el uso de criptomonedas para camuflar fortunas mal habidas y el rol creciente de mujeres en redes criminales que históricamente han sido dominadas por hombres.
La historia de ambos aún no termina. Lo que comenzó como un viaje a Costa Rica, terminó en un vuelo sin regreso hacia las cortes de Estados Unidos. La justicia ahora tendrá la última palabra.