
En una operación que sacude los cimientos del narcotráfico en la región, la Policía Nacional ha incautado 239 kilogramos de cocaína de alta pureza en el emblemático barrio Manga de Cartagena. Este alijo, valorado en más de 3.200 millones de pesos, pertenecía al temido Clan del Golfo, organización que pretendía utilizar las rutas marítimas del Caribe colombiano para inundar de droga los mercados de Centroamérica y Estados Unidos.
La intervención, fruto de una meticulosa labor de inteligencia y seguimiento por parte de la Seccional de Investigación Criminal (Sijín) de la Policía Metropolitana, dejó al descubierto los oscuros planes de esta estructura criminal que buscaba consolidar su dominio en la región. La droga, oculta en tanques dentro de un vehículo abandonado, estaba lista para ser transportada en lanchas rápidas y contaminar buques en altamar, perpetuando así el ciclo de violencia y corrupción que azota al país.
Este contundente golpe se enmarca en el Plan Navidad Familias Felices, una estrategia diseñada para salvaguardar la seguridad ciudadana durante la temporada decembrina. La incautación no solo representa una pérdida millonaria para las arcas del Clan del Golfo, sino que también evidencia la implacable ofensiva de las autoridades contra las mafias que, sin escrúpulos, buscan lucrarse a costa del bienestar de la sociedad.
El general Gelver Yecid Peña Araque, comandante de la Policía Metropolitana de Cartagena, destacó la importancia de la colaboración ciudadana en este operativo. Gracias a la alerta de un valiente ciudadano, se logró ubicar el vehículo que escondía el cargamento mortal. «La confianza de la comunidad en su Policía es fundamental para seguir generando entornos seguros en Cartagena de Indias», afirmó el oficial, subrayando la necesidad de una alianza sólida entre la ciudadanía y las fuerzas del orden para enfrentar la amenaza del narcotráfico.
En lo que va del año, las autoridades han capturado a 1.777 personas relacionadas con el tráfico de drogas en Colombia, una cifra que refleja la magnitud del desafío y la determinación del Estado por erradicar este flagelo. Sin embargo, la incautación de estos 239 kilos de cocaína en el corazón de Cartagena pone de manifiesto que la guerra contra el narcotráfico está lejos de terminar, y que los tentáculos del Clan del Golfo siguen extendiéndose, acechando cada rincón del país.
La Fiscalía General de la Nación ha asumido la investigación para desentrañar la red de complicidades y corrupción que permite a estas organizaciones operar con impunidad. La ciudadanía, por su parte, observa con preocupación y esperanza, consciente de que cada golpe al narcotráfico es un paso hacia la recuperación de la paz y la seguridad en sus comunidades.
Mientras tanto, las calles de Cartagena, que deberían estar colmadas de alegría y festividad en esta época del año, se ven ensombrecidas por la cruda realidad de un país que lucha por liberarse de las cadenas del narcotráfico. La incautación de este cargamento es una victoria, sí, pero también un recordatorio de la constante amenaza que representa el Clan del Golfo y su insaciable sed de poder y dinero, a costa de la vida y el futuro de miles de colombianos.