
La estrategia marítima de El Salvador en su lucha contra el narcotráfico ha recibido un espaldarazo clave desde Washington. Estados Unidos ha reconocido como pieza esencial en esta guerra la repotenciación de la flota naval salvadoreña, impulsada como parte del Plan Control Territorial del presidente Nayib Bukele. Entre 2020 y 2024, gracias a esta modernización, la Marina Nacional logró incautar 16,7 toneladas de cocaína, una cifra sin precedentes.
Con patrullajes que han alcanzado hasta 1.945 kilómetros mar adentro, la nueva cara de la Marina salvadoreña se ha convertido en un actor crucial en la contención del tráfico de droga internacional que cruza por el Pacífico. Solo en el primer semestre de 2024, las autoridades decomisaron 8,1 toneladas de cocaína en operativos en aguas internacionales, según confirmó el ministro de Defensa, vicealmirante René Merino.
El Metal Shark: la joya del combate naval
Uno de los puntos más fuertes de esta renovación es la incorporación del buque Metal Shark tipo 85 Defiant, una embarcación de combate con capacidades de largo alcance y alta maniobrabilidad. Aunque el proceso de adquisición se remonta a acuerdos firmados en 2017, fue durante el gobierno de Bukele cuando se concretó su entrada en operaciones, enmarcada dentro de la fase 3 del Plan Control Territorial, enfocada en el fortalecimiento militar y logístico.
Este patrullero puede operar durante largos períodos en altamar y transportar una tripulación de diez marinos. Además, cuenta con un bote inflable de casco rígido que permite desembarcos rápidos y precisos, una herramienta vital para interceptar embarcaciones sospechosas en pleno océano.
Éxitos en el mar… pero también pérdidas
A pesar de los éxitos, la guerra contra el narcotráfico no ha estado exenta de tropiezos. Hace aproximadamente un mes, uno de los patrulleros salvadoreños que había sido clave en decomisos recientes sufrió un incendio en la Base Naval de La Unión, al oriente del país. Las causas aún no han sido esclarecidas y no se ha confirmado si será reemplazado en el corto plazo, lo que podría mermar las capacidades de patrullaje de la flota.
El Salvador: nuevo bastión regional contra el narco
Para Estados Unidos, el papel de El Salvador en esta cruzada se vuelve cada vez más estratégico. En un corredor marítimo donde la cocaína fluye desde Sudamérica rumbo al norte, la capacidad de intercepción salvadoreña marca la diferencia. La coordinación binacional ha permitido no solo incautaciones millonarias, sino también el envío de un mensaje claro: el narcotráfico ya no tiene vía libre en aguas centroamericanas.
La repotenciación naval no solo refuerza la soberanía marítima salvadoreña, sino que coloca al país como un modelo regional de combate al crimen transnacional. Y mientras el presidente Bukele sigue avanzando con mano dura contra las pandillas en tierra firme, la Marina Nacional libra una batalla silenciosa —pero implacable— contra los cargamentos de muerte que intentan cruzar su horizonte.