
Desde un paradero desconocido y con una orden de captura internacional encima, Romeo Vásquez Velásquez, exjefe de las Fuerzas Armadas de Honduras, lanzó una bomba política este sábado. En un video difundido por redes sociales, acusó directamente al expresidente Manuel Zelaya Rosales de tener vínculos con el narcotráfico y lo calificó como un “dictador” que ha “destruido al país durante casi dos décadas”.
La polémica declaración llega en un momento álgido, cuando Vásquez es buscado por la Interpol por su implicación en el asesinato de Isis Obed Murillo, ocurrido durante el intento de regreso de Zelaya a Honduras el 5 de julio de 2009, tras ser derrocado y expulsado por promover una consulta ilegal. El joven fue asesinado de un disparo en la cabeza en plena manifestación en el aeropuerto Toncontín, y la justicia apunta al alto mando militar de la época como responsable directo.
De general a prófugo: el giro de Romeo Vásquez
Vásquez, junto con otros dos exgenerales —Venancio Cervantes y Carlos Roberto Puerto— fue capturado el 5 de enero de este año, acusado no solo del asesinato de Murillo, sino también de la tentativa de homicidio contra otro manifestante. Aunque inicialmente se les dictó arresto domiciliario, la Corte de Apelaciones revocó esa medida y ordenó su retorno a prisión. Cervantes y Puerto ya están de vuelta en la Penitenciaría Nacional, pero el paradero de Vásquez sigue siendo un misterio.
Desde la clandestinidad, Vásquez denunció persecución política por parte de Zelaya, quien actualmente ejerce como asesor y esposo de la presidenta Xiomara Castro, afirmando que el exmandatario ha “puesto precio a su cabeza” y estaría usando fiscales y jueces “comprados” para vengarse.
Graves acusaciones sin pruebas (por ahora)
En su mensaje, Vásquez fue más allá: afirmó que Zelaya estaría vinculado al narcotráfico y prometió que pronto revelará pruebas. “Sé que usted quiere asesinarme. Solo así va a poder pararme. Sé que no quiere que diga las cosas que sé…”, afirmó con tono desafiante. Hasta el momento, no se han presentado evidencias concretas que respalden sus señalamientos, lo que ha desatado un debate encendido en el ámbito político y judicial del país.
¿Crisis política en puerta?
Estas declaraciones añaden presión a un escenario político ya cargado de tensiones. Zelaya sigue siendo una figura central dentro del poder en Honduras, y su cercanía con el gobierno actual lo vuelve aún más blanco de señalamientos por parte de sectores opositores y exfuncionarios militares.
Mientras tanto, la justicia hondureña mantiene la orden de captura contra Vásquez, y la sociedad espera no solo el esclarecimiento de los crímenes de 2009, sino también respuestas claras frente a las acusaciones de vínculos entre figuras del poder y el narcotráfico. El reloj corre, y los fantasmas del pasado regresan con fuerza.