
Lo cazaron en el paraíso y lo enviaron directo al infierno judicial de Luisiana: Honduras entrega al cuarto capo del año.
Tegucigalpa vuelve a ser el centro de una historia de crimen, poder y justicia internacional. Esta vez, con la extradición del presunto narcotraficante Olvin Javier Velásquez, un hombre de 39 años acusado por Estados Unidos de ser parte de una red de distribución de cocaína. La justicia estadounidense lo reclama por “conspiración para distribuir y poseer al menos cinco kilogramos” de la droga, un delito que podría costarle décadas de prisión.
Velásquez fue capturado en enero en Roatán, la joya caribeña de Honduras, donde se escondía tras estar prófugo. Este miércoles, en un operativo blindado por las Fuerzas Especiales de la Policía Nacional, fue trasladado desde la Penitenciaría Nacional hasta la Base Aérea de Palmerola, desde donde despegó el avión que lo entregó a las autoridades estadounidenses.
Su extradición fue aprobada por un juez desde el 18 de febrero, pero no fue sino hasta ahora que se ejecutó, elevando a cuatro el número de hondureños entregados a la justicia norteamericana en lo que va de 2025. El listado de extraditados este año incluye también a figuras conocidas del crimen organizado: José Rafael Sosa, alias “Chafala”, René Javier Santos, apodado “El Pintor”, y Abner Estrada.
Esta tendencia no es nueva, pero sí alarmante. Desde 2014, más de 50 hondureños han sido enviados a EE.UU. por delitos vinculados al narcotráfico. Entre ellos, nombres de alto calibre como el expresidente Juan Orlando Hernández, condenado a 45 años de cárcel en junio de 2024, y el exministro de Seguridad, Juan Carlos Bonilla.
Honduras, aún sacudida por su pasado reciente de corrupción y narcopolítica, sigue siendo una pieza clave en el engranaje del tráfico de drogas que recorre el continente desde Sudamérica hasta el consumidor final en el norte. Las extradiciones confirman que el país no solo fue ruta, sino también sede de operaciones y refugio de capos. Velásquez es otro más que cayó, pero las autoridades saben que aún quedan muchos en la sombra. ¿Quién será el siguiente?