
La cocaína viajaba oculta como sombra entre las calles de San Pedro Sula, pero fue interceptada antes de alcanzar su destino.
Honduras sigue elevando la presión contra el crimen organizado y este domingo escribió un nuevo capítulo en su lucha contra el narcotráfico. En una operación fulminante y certera, la Policía Nacional logró decomisar nada menos que 260 kilogramos de supuesta cocaína en el conflictivo y siempre vigilado barrio de Chamelecón, en la ciudad de San Pedro Sula, al norte del país.
La noticia fue confirmada por el propio ministro de Seguridad, Gustavo Sánchez, a través de su cuenta en la red social X, donde destacó la colaboración clave de la Dirección Nacional Policial Antidrogas. El hallazgo se dio luego de varios días de seguimiento y vigilancia a un contenedor que circulaba sospechosamente por la zona. Finalmente, la trampa se cerró: el cargamento fue localizado y asegurado.
Durante el operativo, no solo se incautó la potente carga ilícita, sino que también se detuvo a dos personas presuntamente vinculadas al transporte de la droga. Además, dos vehículos fueron requeridos para una investigación más profunda. Las autoridades dejaron claro que esto es solo el comienzo de una serie de acciones que buscarán desarticular redes enteras de narcotráfico que operan bajo las narices del Estado.
El decomiso, considerado uno de los más importantes del año, es parte de un esfuerzo cada vez más visible por parte de las autoridades hondureñas para frenar el flujo de drogas que convierte al país en una arteria clave del narcotráfico continental. La cocaína, cuyo valor en el mercado internacional podría alcanzar cifras millonarias, fue trasladada bajo custodia a las instalaciones de Fuerzas Especiales en El Progreso, departamento de Yoro.
San Pedro Sula, conocida por su peso industrial, también ha sido señalada por su vulnerabilidad al crimen organizado. El operativo no solo representa una victoria táctica, sino también un mensaje contundente: la cocaína ya no pasará con la misma impunidad. La batalla contra el narcotráfico está lejos de acabar, pero este domingo, Honduras anotó un golpe que resuena como advertencia entre quienes aún creen que pueden mover droga sin ser vistos.